Una familia maldita cobra vida

'Electra' de Eurípides se presenta en el Teatro Universitario de la TAU del 4 al 6 de marzo.

 "ELECTRA", diseño de Nitzan Hen Frum (photo credit: HAGAY HACOHEN)
"ELECTRA", diseño de Nitzan Hen Frum
(photo credit: HAGAY HACOHEN)

Una hermosa cabeza al estilo griego, semi-hundida en el escenario de la producción de Electra de Eurípides en el Teatro Universitario, se alzaba sobre nosotros.

Un granjero (Amit Lasri) trabajaba, alzando sacos de grano. Su esposa, Electra (Maya Lapid), estaba sentada en uno, meditabunda. Su hermano, Orestes (Rea Desheh), se acercó. El coro (Shiri Blustein, Noa Millo, Chen Kimhi Vardi), vestido de caqui, lo observaba mientras caminaba. Sus zapatos, como los de Electra, tenían suelas blancas. Todos los demás llevaban botas. ¿Reconocerá ella a su hermano perdido?

Traducida por Shimon Buzaglo, Electra de Eurípides trata sobre una familia maldita. Agamenón, el padre de Electra y Orestes, no está presente. Ganó la Guerra de Troya, solo para ser asesinado en la bañera por su esposa, Clitemnestra (Hili Baruch Stern), y su amante, Egisto. Casaron a Electra con un granjero y Orestes fue sacado del país de contrabando por un sirviente leal, ahora un anciano (Amit Braverman).

Orestes eventualmente regresa a casa para vengar a su padre. Puede matar a Egisto, ¿pero podrá asesinar a su propia madre?

La traducción de Buzaglo es fácil de seguir. "Así es la naturaleza de los sirvientes", le dice el anciano a Orestes, "siempre buscan el lado que tiene mantequilla". En comparación con cómo Ian Johnston tradujo la misma línea – "así son los esclavos" – se ve que la facilidad tiene algunos costos.

 Electra de Eurípides. (credit: The World History Encyclopedia)
Electra de Eurípides. (credit: The World History Encyclopedia)

En esta adaptación del director Ilil Lev Kenaan, no hay rezos a la "Señora Tierra" para ayudar a los hermanos a reclamar su herencia. Mucho de lo que hace a los griegos interesantes – es decir, no como nosotros – fue eliminado. Lo que se ganó es una narración compacta y directa que impacta de cerca.

Cuando el anciano huye, incapaz de ver la violencia hecha a Clitemnestra, prueba su propio punto. Él también es un sirviente – su lealtad no se extiende al matricidio.

Gracias a la diseñadora de vestuario Tamar Glazer, el director reimaginó el coro como tres soldados uniformados de las FDI que expresan lo que la sociedad piensa. Lo que se cortó en el texto se presenta en el escenario. Cuando Orestes cuestiona si Apolo realmente le pudo haber instruido cometer tal crimen, o si la instrucción fue un truco, ellos lo rodean y observan.

Esta mirada es una expresión escénica de los conceptos griegos de aidos (vergüenza), némesis (dar lo que se debe) y fama (hablar). Orestes siente vergüenza porque, aunque quiere seguir el mandato de Apolo, también teme que la Némesis se vuelva contra él y que será perseguido por las furias por haber matado a su madre. La gente de Micenas, el país que quiere gobernar, hablará en su contra y perderá cualquier esperanza de gobernarlos como lo hizo su padre. ¿Entonces cuál es el propósito de toda esta violencia?

Personajes de la obra

Lapid es la mano extra para ayudarlo a clavar esa espada. Su Electra es hosca. Después de su encantador papel en "El Último Fuego" de Dea Loher –en el cual interpretó a una policía tan ansiosa por atrapar a un terrorista que se convirtió en uno–, Lapid ofrece a una mujer brusca y poderosa atrapada en un matrimonio sin amor y sin esperanza. Su negativa a creer que Orestes es su hermano, que Egisto está muerto, es casi una locura.

Braverman también muestra una notable variedad después de interpretar recientemente el papel de Reynald de Chatillon en "El Rey de Jerusalén" de Gilad Evron. Su hombre anciano suave y cobarde dista mucho del atleta príncipe de Transjordania que encarnó en el escenario hace solo unos meses.

Lasri, quien interpreta a un personaje bendecido con decencia y sentido común, es magnífico. Al caminar sobre el escenario, sembrando semillas en montones ordenados, representa a todas las personas que ponen el pan en las mesas de los reyes y sacerdotes con el sudor de su frente mientras la historia se hace sobre sus cabezas y a sus espaldas. Cuando Lasri pone fin a su propia mirada en una poderosa escena, expresa nuestra propia necesidad de no ver los horrores que nos rodean.

Baruch Stern es una Clytemnestra regia. El contraste entre su vestido blanco y los ropajes apagados que lleva su hija nos dicen todo lo que necesitamos saber con solo una mirada.

Eurípides, un dramaturgo atrevido que desafió las normas griegas – desde la existencia de los dioses hasta decirle al coro que se callara (“Silencio, ancianos ciudadanos de Tebas, estén quietos”, en Heracles) – le da a esta impresionante mujer una voz en contra de todo el mundo. Ella le recuerda a Electra que su querido padre asesinó a su hermana mayor Ifigenia para ganar una guerra y trajo a casa una segunda esposa trofeo, Casandra. Mientras habla, podemos sentir que tiene sus razones. Cuando Electra responde, sospechamos que no lo hace con su propia voz, sino con la del frío ídolo muerto que la defraudó.

El punto sobre Heracles fue sugerido por el director Efim Rinenberg. Los estudiantes alternan roles, con Kye Agin Peters como el sirviente, y Naama Geffen como Clitemnestra.

"Electra" de Eurípides se presentará el lunes 4 de marzo, martes 5 de marzo y miércoles 6 de marzo. Todas las funciones son a las 8 p.m. Teatro de la Universidad en el Departamento de Artes Teatrales de la Universidad de Tel Aviv, 30-50 NIS por boleto. Reserva entradas en https://bit.ly/tktstau/. Solo en hebreo. 90 minutos sin intermedio.