Se puede ayudar a las mujeres con trastornos alimentarios a mejorar su actitud ante la comida

Investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén: mujeres con trastornos alimentarios pueden mejorar su actitud sobre lo que comen entrenándolas para responder flexible a las señales de la comida.

 Los trastornos alimentarios, una de las enfermedades más comunes en el mundo occidental. (photo credit: GIL DOR)
Los trastornos alimentarios, una de las enfermedades más comunes en el mundo occidental.
(photo credit: GIL DOR)

Los "comedores restringidos" son personas que evitan crónicamente comer para reducir su peso, adoptando dietas restrictivas para controlar su peso y actitudes negativas hacia la comida. Los trastornos alimentarios han sido asociados con altas tasas de depresión, estrés, actitudes anormales hacia el peso y la alimentación, y baja autoestima.

Ahora, las mujeres que sufren de trastornos alimentarios (el problema es más común en mujeres que en hombres) pueden mejorar sus actitudes hacia la comida al ser entrenadas para responder de manera más flexible a las señales alimentarias.

Un nuevo estudio en la Universidad Hebrea de Jerusalén (HU) mostró que solo los participantes en el grupo de respuesta flexible mostraron una actitud más positiva hacia la comida.

Esta investigación realizada por la estudiante de doctorado Shir Berebbi bajo la guía del Prof. Eyal Kalanthroff, del departamento de psicología, proporcionó valiosos conocimientos para intervenciones que mejoren los comportamientos y actitudes alimentarias en aquellos con trastornos alimentarios como la anorexia, la bulimia y más.

Publicaron su estudio en la Revista de Trastornos de la Alimentación bajo el título "Fomentar actitudes positivas hacia la comida en individuos con alimentación restringida: el impacto de la inhibición flexible relacionada con la comida".

  (credit: SHUTTERSTOCK)
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"Intervenciones de este tipo podrían beneficiar enormemente a los individuos"

"Dichas intervenciones podrían beneficiar enormemente a individuos con hábitos alimenticios controlados, ofreciendo conocimientos valiosos para mejorar sus comportamientos y actitudes alimentarias, potencialmente conduciendo a relaciones más saludables con la comida y un bienestar general mejorado", afirmaron.

El grupo que utilizó el método de respuesta flexible experimentó un gran aumento en el gusto por alimentos altos en calorías después del programa, mientras que otros grupos no mostraron ningún cambio notable en cómo se sentían acerca de la comida.

Esto muestra que cuando las personas con hábitos alimenticios controlados equilibran su reacción a las señales alimenticias, pueden sentirse mejor acerca de lo que comen, sugirieron.

Los comedores restringidos suelen mantener una evitación crónica de la alimentación para controlar el peso, lo que lleva a una respuesta emocional negativa hacia la comida.

Los intentos previos de interrumpir este patrón al fomentar la eliminación completa de las respuestas inhibitorias a los alimentos resultaron en un aumento del consumo de alimentos pero también en una elevada ansiedad relacionada con la comida.

El estudio incluyó a 78 participantes femeninas identificadas a través del Cuestionario Holandés sobre Comportamiento Alimentario por sus patrones de alimentación restringida, caracterizados por la dieta crónica y el control de la ingesta de alimentos, y evaluó las actitudes subconscientes hacia los alimentos y el control de impulsos.

Una prueba de sabor falsa midió el consumo real de alimentos. El estudio también introdujo una tarea de respuesta alimentaria flexible en la que las participantes tenían que responder o inhibir su respuesta a diferentes estímulos alimentarios, abriendo nuevos enfoques para comprender los comportamientos alimentarios.

Solo el grupo expuesto al protocolo de respuesta flexible mostró una mejora significativa en las actitudes positivas hacia los alimentos altos en calorías después de la intervención, sin cambios observables en las actitudes negativas entre los otros grupos.

Este resultado sugirió que un enfoque equilibrado para responder e inhibir las señales alimentarias podría fomentar reacciones emocionales más positivas hacia los alimentos en las personas con comportamientos alimentarios restringidos.

El entrenamiento de respuesta flexible mostró un potencial prometedor en moderar cómo los participantes se involucraban en una prueba de sabor falsa aparentemente no relacionada, mostrando comportamientos alimenticios más equilibrados en comparación con otros grupos.

"Nuestros hallazgos son fundamentales, ya que sugieren una nueva vía terapéutica que podría ayudar potencialmente a individuos con patrones de alimentación desordenados a redefinir sus actitudes hacia la comida", señaló Berebbi.

"Al abogar por la flexibilidad en lugar de una respuesta rígida o inhibición, podemos apoyar comportamientos alimenticios más sostenibles y saludables".