Una ofensiva israelí en Rafah podría empeorar las relaciones con Egipto - Opinión

Tanto Israel como Egipto buscan demostrar al mundo árabe los efectos desestabilizadores de apoyar al eje chiíta.

 UNA Valla fronteriza separa la Franja de Gaza de Egipto, en Rafah. Desde el punto de vista egipcio, el hecho de que Israel tome el control del corredor Philadelphi y "fomente la migración de gazatíes a Egipto", como han declarado varios políticos israelíes, constituye una línea roja, afirma el escr (photo credit: IBRAHEEM ABU MUSTAFA/REUTERS)
UNA Valla fronteriza separa la Franja de Gaza de Egipto, en Rafah. Desde el punto de vista egipcio, el hecho de que Israel tome el control del corredor Philadelphi y "fomente la migración de gazatíes a Egipto", como han declarado varios políticos israelíes, constituye una línea roja, afirma el escr
(photo credit: IBRAHEEM ABU MUSTAFA/REUTERS)

Hasta este punto, Israel y Egipto han logrado navegar por los desafíos planteados por el conflicto, aunque con cierta dificultad. Sin embargo, la directiva de Netanyahu a las fuerzas armadas para formular un plan para erradicar a los batallones de Hamas en Rafah, incluida la evacuación de civiles de la zona, una tarea que implicaría que las FDI retomen el control del Corredor de Filadelfia, podría resultar demasiado ambiciosa. En realidad, el plan ya ha sido diseñado y está pendiente de aprobación por parte del gabinete.

En la guerra contra Hamas en la Franja de Gaza, Israel y Egipto comparten varios objetivos estratégicos. Ambos tienen como objetivo derrotar a Hamas o disminuir significativamente su poder político y militar. Egipto ve a Hamas como una extensión de los Hermanos Musulmanes, una organización que ha sido ilegalizada y reprimida por el presidente Abdel Fattah al-Sisi.

Ambos países buscan restablecer la estabilidad en la Franja de Gaza y en la región más amplia. Egipto ha sufrido importantes contratiempos económicos, como una fuerte caída en el turismo y en los ingresos por tasas de tránsito por el Canal de Suez, debido a los ataques de los hutíes en el Mar Rojo.

Israel y Egipto tienen como objetivo demostrar al mundo árabe los efectos desestabilizadores de apoyar al eje chiíta. Visualizan un nuevo orden regional liderado por suníes, respaldado por Estados Unidos, para contrarrestar la influencia de Irán y sus aliados.

Al mismo tiempo, existen conflictos de interés entre Israel y Egipto.

 Banderas de Israel y Egipto ondean en el paso fronterizo de Nitzana, en el sur de Israel, 18 de febrero de 2024. (credit: YOSSI ZAMIR/FLASH90)
Banderas de Israel y Egipto ondean en el paso fronterizo de Nitzana, en el sur de Israel, 18 de febrero de 2024. (credit: YOSSI ZAMIR/FLASH90)

Desde la perspectiva egipcia, el control de Israel sobre el Corredor de Filadelfia mientras "alienta la migración de gazatíes a Egipto", como han declarado varios políticos israelíes, constituye una línea roja.

Asimismo, los dos estados están en desacuerdo sobre lo que debería suceder después de la guerra. Mientras Egipto apoya el regreso de una Autoridad Palestina "mejorada" para gobernar Gaza, Israel se ha expresado en contra del regreso de la Autoridad Palestina en cualquier forma. Israel también ha dicho que las FDI no gobernarán la Franja de Gaza, pero no ha especificado quién lo hará.

Respecto al futuro de Cisjordania. Mientras Egipto, los estados árabes, Estados Unidos y la comunidad internacional apoyan la unificación de Cisjordania con la Franja de Gaza y el establecimiento de un estado palestino liderado por una Autoridad Palestina fortalecida, Israel sigue oponiéndose a tal resultado. Sin embargo, estos conflictos de interés no representan actualmente una amenaza para la estabilidad de las relaciones entre Egipto e Israel.

Actualmente, la principal preocupación gira en torno a Rafah. Desde el punto de vista militar, Israel busca eliminar los batallones de Hamas en Rafah y tomar el control del Corredor de Filadelfia para bloquear los túneles de contrabando de Hamas. Egipto busca negociar un acuerdo para asegurar la liberación de rehenes y detener la guerra, al menos temporalmente, para evitar el escenario pesadillesco de una inundación de refugiados palestinos en el Sinaí. Con este fin, y con la participación de Israel, El Cairo organizó una importante reunión, la cual hasta el momento no ha dado resultados.

Dado que Israel no está dispuesto a firmar un acuerdo a cualquier precio, una operación militar israelí en Rafah tras el colapso de las negociaciones es una posibilidad muy real y aterradora desde la perspectiva egipcia. Si llegara a ocurrir, tal escenario sería percibido por el público y por ciertos círculos gubernamentales en Egipto como el resultado de una política israelí dirigida a expulsar a los palestinos de Gaza.

Egipto amenazando a Hamas e Israel

Mientras tanto, Egipto está intentando resolver el problema amenazando tanto a Hamas como a Israel. Egipto ha dicho a Hamas que Israel atacará Rafah si no acepta un acuerdo dentro de dos semanas. Esta amenaza parece implicar un acuerdo con un ataque israelí a Rafah si no se llega a un acuerdo, un fracaso que recaería en el liderazgo de Hamas, ya que es poco probable que este plazo haya sido decidido sin coordinación con Israel.

Al mismo tiempo, Egipto ha advertido a Israel sobre las "consecuencias desastrosas" de una operación militar en Rafah. Sin embargo, al mismo tiempo, el Ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, afirmó que no hay amenazas para el tratado de paz entre los dos países ya que están "tratando activamente" los problemas urgentes.

Para Israel, lanzar una operación militar en Rafah y el Corredor de Filadelfia puede generar dos problemas. En primer lugar, hay preocupaciones éticas sobre el desplazamiento de aproximadamente 1.3 millones de refugiados de Gaza que se verían obligados, una vez más, a buscar refugio en otro lugar. En segundo lugar, hay implicaciones políticas y militares para Egipto, especialmente si masas de refugiados palestinos intentan cruzar la valla y buscar refugio en el Sinaí.

Aunque Egipto ha estado reforzando la cerca recientemente, sería difícil controlar a grandes números de refugiados desesperados que buscan escapar de los enfrentamientos. En tal escenario, Egipto se enfrentaría al dilema de recurrir al uso de la fuerza contra las multitudes y arriesgarse a acusaciones de traición y abandono de los palestinos o permitirles la entrada y cargar la culpa a Israel, lo que podría llevar a una crisis en las relaciones diplomáticas que podría resultar en Egipto retirando a su embajador o incluso tomando un paso más serio.

Desde otro ángulo, Israel podría potencialmente mejorar su relación con Egipto facilitando la ayuda de la comunidad internacional y los estados árabes para fortalecer la economía egipcia.

Un precedente histórico que vale la pena considerar es la Guerra del Golfo de 1991, en la cual la participación de Egipto llevó al perdón de aproximadamente $20 mil millones en deuda y términos favorables de pago para otros préstamos pendientes. Actualmente, Egipto enfrenta importantes desafíos económicos, agravados aún más por el conflicto en curso. Una asistencia internacional significativa a Egipto tiene el potencial de afectar su posición en temas de seguridad clave con respecto a Israel, como el Corredor de Filadelfia y el Cruce de Rafah.

En esencia, aunque una operación militar israelí en Rafah pueda considerarse necesaria para erradicar a Hamas, también conlleva el riesgo de deteriorar las relaciones entre Israel y Egipto. Evitar este escenario exigirá una planificación meticulosa para la relocación segura de los refugiados gazatíes y una estrecha coordinación entre Egipto e Israel.

Sin embargo, un análisis serio llevaría a la conclusión de que incluso con dichas medidas en su lugar, no hay garantía de que se pueda evitar completamente el peor escenario.

El profesor Elie Podeh enseña en el Departamento de Estudios Islámicos y del Medio Oriente en la Universidad Hebrea de Jerusalén y es miembro de la junta de Mitvim - Instituto Israelí de Políticas Exteriores Regionales.

El profesor Onn Winckler es el jefe del Departamento de Estudios del Medio Oriente e Islámicos en la Universidad de Haifa.