En busca de la estadista y unificación hacia visión - opinión

Israel enfrenta desafíos políticos, militares y morales. La esencia del estadista es crucial para navegar nuestras complejidades con sabiduría, asegurando un futuro sostenible y equitativo.

Un hombre y un niño caminan frente a banderas de Israel en un campo de flores en el sitio del festival Nova, donde ocurrió el ataque del 7 de octubre por pistoleros de Hamas desde Gaza, en medio del conflicto entre Israel y el grupo palestino Hamas, en Reim, sur. (photo credit: SUSANA VERA/REUTERS)
Un hombre y un niño caminan frente a banderas de Israel en un campo de flores en el sitio del festival Nova, donde ocurrió el ataque del 7 de octubre por pistoleros de Hamas desde Gaza, en medio del conflicto entre Israel y el grupo palestino Hamas, en Reim, sur.
(photo credit: SUSANA VERA/REUTERS)

La sabiduría de Maimónides resuena a lo largo de la historia, lamentando la pérdida de la estadista como causa de la destrucción del Templo. Este sentimiento fue compartido por David Ben-Gurión, el padre fundador de Israel, quien creía que la escasez de estadistas llevó a numerosos desastres históricos para el pueblo judío.

Shimon Peres, en su biografía de Ben-Gurión (Ben-Gurión: Una Vida Política), destaca esta preocupación, enfatizando la rica tradición profética de nuestra nación pero la notable ausencia de visionarios políticos. "Somos una nación", solía decir Ben-Gurión, "con abundancia de profetas pero escasez de estadistas".

Una visión renovada y unificada para la estadista

Hoy, el pueblo de Israel se está uniendo en apoyo a la estadista, guiando a los votantes hacia una visión unificada. Un verdadero estadista, caracterizado por una integridad inquebrantable y una visión de futuro, elabora una narrativa lo suficientemente amplia como para resonar con una población diversa, cada uno encontrando un reflejo de sus valores y aspiraciones.

Este concepto de una visión "supraordinaria", como lo llaman los psicólogos, ha servido históricamente como una fuerza unificadora, ya sea congregándose alrededor de una identidad colectiva o una aspiración compartida. Para Ben-Gurión, el establecimiento de un estado judío, aunque imperfecto, encapsulaba tal visión.

Natan Sharansky se destaca como un modelo de estadista, defendiendo los principios entrelazados de identidad y derechos humanos universales. Su trayectoria desde refusenik soviético hasta una figura destacada en la política y la sociedad civil israelí subraya un compromiso de toda la vida con estos valores fundamentales.

 Un manifestante lleva una bandera de Israel mientras camina por campos para evitar un puesto de control y llegar a una protesta contra la entrega de ayuda humanitaria a Gaza y exigiendo la liberación inmediata de rehenes israelíes secuestrados en el mortal ataque del 7 de octubre. (credit: SUSANA VERA/REUTERS)
Un manifestante lleva una bandera de Israel mientras camina por campos para evitar un puesto de control y llegar a una protesta contra la entrega de ayuda humanitaria a Gaza y exigiendo la liberación inmediata de rehenes israelíes secuestrados en el mortal ataque del 7 de octubre. (credit: SUSANA VERA/REUTERS)

La sabiduría de Maimónides resuena a lo largo de la historia, lamentando la pérdida de la estadista como causa de la destrucción del Templo. Este sentimiento fue compartido por David Ben-Gurión, el padre fundador de Israel, quien creía que la escasez de estadistas llevó a numerosos desastres históricos para el pueblo judío.

Shimon Peres, en su biografía de Ben-Gurión (Ben-Gurión: Una Vida Política), destaca esta preocupación, enfatizando la rica tradición profética de nuestra nación pero la notable ausencia de visionarios políticos. "Somos una nación", solía decir Ben-Gurión, "con abundancia de profetas pero escasez de estadistas".

Una visión renovada y unificada para la estadista

Hoy, el pueblo de Israel se está uniendo en apoyo a la estadista, guiando a los votantes hacia una visión unificada. Un verdadero estadista, caracterizado por una integridad inquebrantable y una visión de futuro, elabora una narrativa lo suficientemente amplia como para resonar con una población diversa, cada uno encontrando un reflejo de sus valores y aspiraciones.

Este concepto de una visión "supraordinaria", como lo llaman los psicólogos, ha servido históricamente como una fuerza unificadora, ya sea congregándose alrededor de una identidad colectiva o una aspiración compartida. Para Ben-Gurión, el establecimiento de un estado judío, aunque imperfecto, encapsulaba tal visión.

Natan Sharansky se destaca como un modelo de estadista, defendiendo los principios entrelazados de identidad y derechos humanos universales. Su trayectoria desde refusenik soviético hasta una figura destacada en la política y la sociedad civil israelí subraya un compromiso de toda la vida con estos valores fundamentales.